El estado de Veracruz (ILE), siempre ha tenido un papel preponderante, en las tradiciones, conocimientos, prácticas y costumbres de las personas. La interrupción del embarazo, desde tiempos remotos, ha sido y es realizado por distintos grupos indígenas de la región: Totonacos, Otomíes, Nahuas, Tepehuas, Huastecos, entre otros. Estos son portadores de un conocimiento ancestral, en relación con los métodos y técnicas de procurar el aborto. Los cuales consistían en la realización de ritos o “costumbre” (ritual mágico-religioso), como ellos los denominan, encabezados por curanderos o parteras, para pedir a las deidades favores; en este caso, poder retirar el producto del embarazo.
Las mujeres en edad de ser sexualmente activas, en dichas comunidades. Recurrían al favor y beneplácito de la diosa huasteca llamada, Tlazoltéotl. Dicha deidad femenina, es la encargada de recoger la inmundicia, la basura y lo no deseado en las relaciones sexuales. Silvia Trejo, en Arqueología mexicana señala que: “Tlazoltéotl era la diosa de la pasión y la lujuria”. Provocaba la pasión en el amor y el apetito desenfrenado en los deseos carnales, pero también los retiraba, por eso la adoraban y la temían. Era la diosa de la medicina y de las hierbas. Es protectora de las parteras y de las que hacen abortar.
La raigambre entorno al fenómeno del aborto en Veracruz, ha sido y es una práctica recurrente. Llevada a cabo por las mujeres de diferentes sectores o clases socioeconómicas, que no desean tener hijos, por múltiples y diversos factores personales o sociales. Hasta hace muy poco, las mujeres que decidían abortar, corrían el riesgo de ser penalizadas o incluso llegar a la cárcel por homicidio. Sin dejar de lado, el alto peligro en que ponían su salud y vida, al ser practicados en clínicas clandestinas, sin protocolos de seguridad.
A partir de julio del 2021, el gobierno y la legislación del estado de Veracruz, dio un gran y decisivo paso. En favor de la libre voluntad de las mujeres, en su decisión de interrumpir legalmente su embarazo. Es aprobada “la legalización y regulación del aborto”, hasta las doce semanas de gestación. Convirtiéndose así Veracruz, en el cuarto estado de la república mexicana en legalizar, la interrupción del embarazo, coadyuvando a la salud pública para las mujeres. En estos tiempos, existen clínicas de salud, que facilitan la interrupción del embrazo, como las UNIDADES MEDICAS DE LA MUJER. Las cuales brindan un servicio especializado, llevado a cabo por profesionales y especialistas en su ramo de la ciencia médica. Proporcionando información, calidez humana en el acompañamiento del proceso clínico.
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